Mi Campamento en los Pirineos por Emi García


El 3 de julio cogimos un autocar que nos llevó a Sarvisé (los Pirineos Aragoneses), para acudir a un campamento, que organizaba el colegio, por lo tanto iban más amigas mías, y de ese modo no estaba tan sola.

Hicimos una parada, en un sitio para comer, descansar y estirarnos después de un largo rato sentados en el autocar. Allí había un sitio para comprar recuerdos y compré algunos, por si en el campamento no había tiempo.

Al llegar a Sarvisé subimos las maletas a las habitaciones correspondientes, y al ver que no estábamos con nuestras amigas, los monitores, tomaron nota de con quién nos queríamos poner, y como mis amigas y yo éramos cinco personas, me puse con Ana Solbas, y con dos niñas que iban a pasar a segundo de la E.S.O, Nina y Paola.

Más tarde, bajamos a cenar y nos pidieron los móviles y el dinero si queríamos que nos lo guardaran. Después pasamos al comedor y nos pusieron la cena y aunque la comida no nos gustaba mucho como todos teníamos tanta hambre no tuvimos más remedio que comérnosla.

Por la noche cantamos canciones, y casi sin darnos cuenta ya había pasado el primer día, y pronto veríamos como iba a ser el campamento en realidad (actividades, profes…)

Al día siguiente nos levantaron a las ocho y cuarto de la  mañana y a las nueve teníamos que estar en el comedor para desayunar. Después del desayuno, nos explicaron todo, e hicimos un examen de nivel de inglés, ya que como el campamento era de Red Leaf, eran un campamento con profesores canadienses y bilingües. A mí me pusieron en el nivel alto y allí estaban todas mis amigas, por lo tanto nos lo pasábamos genial en las clases de inglés, además los profes eran muy majos y graciosos.

Había dos grupos el A y el B, el A era de lo que habían nacido de 1998 para abajo, y el B de los que habían nacido de 1999 para arriba, claro está  yo estaba en el B ya que nací en 1999. Algunos días el grupo B tenía las clases de inglés por las mañanas y el A por las tardes, o al revés. El grupo que no tenía clases hacía actividades al aire libre, como juegos populares, rafting, u otras cosas chulas.

La última noche del campamento hicimos discoteca, y bailamos sin parar, al final acabamos rendidos.

Además hice muchísimos amigos con los que me divertí un montón, y ahora nos hablamos por correo y hablamos por teléfono. También el próximo año si podemos quedaremos para ir al mismo campamento.

Esta experiencia es inolvidable, se la recomiendo a todo el mundo.

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