Un
estudio publicado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) dice que los gobiernos podrían frenar la epidemia de sobrepeso y obesidad, que pueden tener
consecuencias graves para la salud a largo plazo, como enfermedades cardiacas,
derrames cerebrales y cáncer.
Los
investigadores piden a los políticos
que tomen medidas para combatir el consumo de comida rápida, comida basura y económicamente a los que vendan alimentos
saludables y frescos. Si los gobiernos no regulan sus economías, el mercado continuará afectando negativamente en la salud.
En su estudio,
centrado en países de altos ingresos, observaron que mientras que el número
medio de transacciones anuales de comida rápida por habitante aumentó de 26,61 a 32,76, el índice de masa corporal (IMC) promedio
creció de 25,8 a 26,4. Se considera que una
persona con un IMC de 25 o más
tiene sobrepeso, siendo obesa la que posee un IMC de 30 o más.
Los
mayores incrementos sucedieron en Canadá (16,6 transacciones por habitante), Australia (14,7), Irlanda
(12,3) y Nueva Zelanda (10,1), mientras que la subida de estas transacciones de
comida rápida fue menor en países con una regulación de mercado más estricta, como Italia (1,5), Holanda (1,8), Grecia (1,9) y Bélgica (2,1).
Mi
opinión es que se debería de comer más sano y no comer tanta comida basura en el Burger King o otros
sitios pero yo creo que a todos nos gusta la comida basura y sin ella no podríamos vivir.
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