El Dakar es
la prueba con más dificultad del mundo del rally, tal es su dureza que pone al
límite incluso a pilotos experimentados. En general, el número de abandonos es
elevado y desgraciadamente, por mucho que la organización toma medidas de seguridad
para proteger a sus pilotos, hay gente que muere a causa de las condiciones
extremas de la prueba.
Quien
consigue ganar la prueba es galardonado con un premio monetario que se acerca a
los 197.000 euros, pero ese no es el verdadero premio. Aparte de las
oportunidades que nacen de ganar el Dakar, de los contratos con las empresas
más importantes de vehículos y del futuro que te espera como piloto
profesional, hay otro premio mucho más importante que el trofeo con el logo del
Dakar. Esta recompensa no es solo para los ganadores, es para todos los que
llegan o intentan llegar al final de la competición después de pasar tantas
etapas aguantando problemas de todo tipo. Creo que si le preguntásemos a
cualquiera de los que han terminado, nos diría que los aplausos finales saben a
gloria.
El Dakar
consta de 4 categorías: coches, camiones, cuadriciclos y motos, y cabe destacar
la victoria de los españoles en dos de estas categorías. En 2014 se hizo en
Argentina, Bolivia y Chile entre los días 5 y 18 de enero.
Una de ellas
es en coches, categoría en la que no había órdenes de equipo claras para los
pilotos de Mini, Nani Roma y Stephane Peterhansel disputaron un final
histórico. Ganó Nani, 10 años después de ganar la misma prueba montado en una
moto.

Carlos Sainz
se vio obligado a abandonar por un accidente en la décima etapa, a tres etapas
del final. Él no fue el único que no pudo llegar a terminar, ya que esta
edición del Dakar nos deja estas estadísticas: tiraron la toalla el 60 % de los
coches y el 56 % de las motos, y en la sexta etapa ya habían abandonado el 58%
de los Quads y el 26% de los camiones. Desgraciadamente ha habido tres muertos,
que son dos periodistas y el motorista belga Eric Palante.
Un Dakar que
ha dejado huella en Sudamérica y del que está orgulloso este país, siendo duro
para todos, sin excepción. No hay que olvidar a los que han perdido la vida ni
dejar de aplaudir a los que han ganado al asfalto.
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