Crónica del verano por Álvaro González 4ºESO

Hola, me llamo Álvaro González y voy a contar mi experiencia en la granja escuela el Palomar.

 Todo empezó el 1 de julio del 2013, donde llegamos a este esplendido campamento de verano. Este campamento le conocí gracias a mis amigos Diego y Eva, que no son de este colegio. Este es mi tercer año que voy, y mi segundo con Álvaro Cerrato. Álvaro conoció este campamento gracias a mí.

Puedes elegir si ir una semana o dos, es decir del 1 al 7 o del 1 al 14 de julio. Yo, los tres años que he ido he elegido dos semanas porque, como ya sabéis, dos es mejor que una. Siempre que voy me lo paso genial con mis amigos.
Después de comer siempre hay tiempo libre en el que aprovecho para jugar a las cartas o simplemente hablar. Después del tiempo libre hay piscina o un taller que, en ese taller lo que haces es una manualidad (pulseras, velas…). En la piscina puedes jugar a la pelota en el agua, nadar o estar en la toalla.


Luego viene la merienda, donde puedes coger un sándwich o comprar algo en una pequeña tienda que hay en la misma granja. Los mejores días, para mí, son el 7 y el 13, ya que por la noche hay discoteca.
Los miércoles vamos al mercadillo a comprar chuches, pulseras, colgantes… Todas las noches hacemos un juego de animación, os voy a contar unos cuantos. La noche del terror, en este juego lo que hacen los monitores es contarte una historia y se va haciendo realidad. La noche de los locos, en este juego los monitores se disfrazan de locos y tienes que encontrar una cura para cada loco.

La noche del cluedo, en este juego t
e dan un papel con diferentes preguntas y respuestas y tienes que ir preguntando a los monitores para que te digan una respuesta. La noche de la feria, en este juego cada grupo inventa unas pruebas, para que el resto de niños las hagan y, así, ganas eurogranjeros, que son puntos para comprarte cosas. La noche del coto, en esta noche vamos al coto para jugar a los tres besos, a beso placaje… Y así son nuestras noches. El peor día es el 14 porque nos tenemos que despedir de todos los niños, y esperar un año para que les vuelvas a ver.
En fin, fueron las mejores semanas de mi vida.

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