Hace tiempo en un pequeño
pueblo de Zaragoza vivía Don José, el padre de Mariano, el actual
director del Colegio Ramón y Cajal.
Cuando inauguró dicho
colegio decidió que se celebrara la fiesta del Pilar cuando se acercara la
fecha, consecuencia de su comunidad natal.
Cada año para el 12 de octubre en mi colegio celebramos esa
fiesta: los alumnos de primero de bachillerato, se disfrazan de maños y mañas para contarnos
toda la historia y la tradición de esta fiesta.
También nos reparten unos enormes caramelos llamados
adoquines. Para mi gusto y el de varios amigos míos estaban demasiado dulces y
no nos los comimos enteros.
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