El gato negro por VALERIA ALPUENTE

Existe una superstición bastante antigua que dice que los gatos negros dan mala suerte. Incluso algunas personas afirman que el gato negro es sinónimo de muerte.

Esta superstición se remonta miles de años atrás y estaba asociada a las tinieblas y/o la muerte.

Del gato se dijo que sus colmillos eran ponzoñosos, su carne envenenada, el contacto con su piel mortal y su hálito infecto.

Allá por la Edad Media se consideraba peligroso a cualquier gato pero, si este era de color negro, era satanizado hasta tal punto que al dueño de dicho gato se le relacionaba directamente con la brujería.

Tal era la brutalidad con la que se trataba a esos gatos que no es de extrañar que hoy en día algunas personas sigan creyendo que estos gatos sean peligrosos.

Pero el gato negro a veces se consigue desprender de su maléfica aura. En Gran Bretaña es el gato blanco el portador de mala suerte, mientras que el negro traerá buena suerte a un hogar, por lo cual tienen un dicho que dice:
“Si negro es el gato de casa, los enamorados nunca correrán riesgos”.

Yo no soy supersticiosa, de hecho tengo un gato blanco, pero, si no hubiera sido blanco habría adoptado un gato negro.

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