Las Bibliotecas Virtuales por Fernando Salas



La tinta se queda, ¿se pierde la magia?

Las bibliotecas virtuales ya se comercializan a lo largo del mundo

Muchas editoriales, entre las que se encuentra la moderna Amphibia permiten tener los libros en bibliotecas virtuales a las que puedes acceder desde el ordenador o desde los e-book, o libros electrónicos y puedes leer los libros cargando con mucho menos peso y con mas seguridad, pues tienes la certeza de que jamás se te perderá a no ser que olvides el aparato. Aunque otro de los dilemas es si se pierde la magia, si se puede seguir disfrutando de un libro en papel, de las caras suaves y del peso del saber en el sentido más literal de la expresión.

Los inversores que crearon esta editorial, que apostaron por este tipo de lectura afirman que “los libros digitales son el futuro”. La principal ventaja es la reducción del precio de los libros, pues se reduce a la mitad de su valor en papel. Muchos nostálgicos, afirman que con el libro electrónico se pierde la magia de coger el papel, del olor a libro o de desempolvar las cubiertas de una vieja reliquia encuadernada en duras tapas y con tiras doradas como marca páginas.

Aunque son pocos los libros adaptados a formato e-book, cada vez son más los autores que se amoldan a este tipo de literatura, pues saben que el futuro está en las tabletas portátiles como el iPAD. Y es precisamente el iPAD de la multinacional Apple, el que ha empezado a crear nuevos libros electrónicos fuera de los cada vez más frecuentes libros electrónicos.

La editorial Amphibia, ya ha creado la aplicación de tener los libros en remoto y sin descargas, de esta manera, es imposible que el lector pierda el libro, pues siempre guarda una copia de seguridad.

A esta iniciativa también se oponen profesores y pedagogos que comparten la idea de que sería económicamente inviable utilizar ese tipo de libros en las aulas, pues el precio de estas “tabletas culturales” es superior a los 500 euros.

El debate está en el aire, ¿Son especulaciones con la cultura, o ventajas para nuestro desarrollo cultural?

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