Danny Bowman es un chaval británico de 19 años que estuvo a punto de perder
la vida por sufrir una depresión por no conseguir la foto perfecta de su
cuerpo. Llevaba 6 meses haciéndose fotos y subiéndolas a la red para que la
gente les diera "like", pero en vez de esto, el público que las veía
le criticaba y esto fue el desencadenante.
Al salir del Hospital Maudsley donde recibió asistencia médica se unió
a Fixers para contar su problema y ayudar a otros jóvenes. Aseguró que había
días que estaba 10 horas buscando esa "foto perfecta". Se
fotografiaba en todo momento y tomaba somníferos para evitar su depresión por
no encontrar esta foto. Esto es lo que le llevó casi al suicidio. Tras salir
del hospital estuvo 7 meses sin hacerse una foto para poder salir de la adicción.
Cuenta que por este problema de los selfies perdió a sus amigos, su
educación, su salud y estuvo a punto de perder su vida.
Mucha gente piensa que es un juego, pero cualquier juego puede poner en
peligro a nuestra persona si se lleva al extremo y no se controla. Yo no
conozco ningún caso parecido a este, pero sí veo que los jóvenes, sobretodo las
chicas, se fijan más en salir bien en la foto que en inmortalizar el momento.
Cada vez que se toma una fotografía se levantan para verla y decidir si
repetirla. La frase que más se escucha es: "Qué mal salgo".
No creo que sea necesario esto. La acción de repetir la foto solo aumenta
esta adicción. Cuando las cámaras eran de carrete y no se podía ver la foto,
nadie se quejaba. Pero ahora que son digitales y se pueden visualizar una y
otra vez...
Este es otro problema que podemos decir que desemboca en enfermedades como
la anorexia y la bulimia. Todo por conseguir ser perfectos. No hay nada más
perfecto en una persona que la sensación de ser persona.
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